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‘Sisu’ arrasa en Netflix: la brutal joya bélica que debes ver ya

 ‘Sisu’ arrasa en Netflix: la joya bélica y brutal que nadie esperaba… pero todos necesitábamos

CINE

Sangre, coraje y acción sin filtros.


Si aún no has visto Sisu, la película más vista del momento en Netflix España, prepárate para una auténtica salvajada visual que combina lo mejor del cine de guerra con una estética brutal digna de un cómic violento. No es solo una película, es una experiencia sensorial que ya arrasó en el Festival de Sitges 2022 llevándose el premio a Mejor Película y varios más.


Y es que Sisu, del finlandés Jalmari Helander, es mucho más que una historia de guerra: es una explosiva mezcla entre El renacido de Iñárritu y Malditos bastardos de Tarantino. El resultado es puro cine adrenalínico, sin concesiones y con una estética que parece gritar “¡esto es cine, maldita sea!”.


¿De qué va ‘Sisu’?


Corre el final de la Segunda Guerra Mundial, en el norte salvaje de Finlandia. Un solitario buscador de oro —que solo quiere vivir en paz— se topa con un grupo de nazis de retirada que cometen el peor error de sus vidas: meterse con él. Lo que sigue es una masacre estilizada y despiadada, una oda al “sisu”, un término finés que encapsula coraje inquebrantable frente a lo imposible.


Sí, suena exagerado. Pero esa es la gracia. Es cine que no se disculpa.


Una carnicería cinematográfica… y un nuevo héroe de culto

CINE TV
Sisu es como si John Wick se hubiera perdido en el Ártico con un pico en la mano y una lista de nazis que tachar. La violencia aquí no es gratuita, es catártica. Cada explosión, cada golpe, cada cabeza que rueda (literalmente) es un estallido de adrenalina para el espectador.


Jorma Tommila, el protagonista, se convierte en una especie de mito viviente. Helander lo tenía clarísimo: "Él era mi única opción", confesó el director. Y la química entre actor y personaje es tan perfecta como letal.


El cine como ritual salvaje

Cuando se estrenó en salas, Sisu convirtió cada pase en una especie de concierto de rock. Gritos, risas nerviosas, aplausos tras cada muerte nazi: una comunión violenta entre público y pantalla. “Es una pena que solo las grandes superproducciones tengan espacio en pantalla grande", lamentaba Helander. "Rodo para que cada detalle luzca y suene brutal en una sala de cine".


Y se nota.

¿Por qué tienes que verla?

Porque es cine en estado puro: brutal, directo, sin moralinas ni discursos forzados. Solo un hombre, su oro, y una montaña de cadáveres nazis.

Y a veces, eso es todo lo que uno necesita para pasar una gran noche frente a la pantalla



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