‘Fight or Flight’: Josh Hartnett, sangre a chorros y asesinos a 10.000 metros de altura

Fecha de estreno: Viernes 9 de mayo

Prepárate para abrocharte el cinturón: Fight or Flight es una locura de acción a bordo de un avión repleto de asesinos a sueldo, sangre por litros y un Josh Hartnett que continúa volando alto en su nueva etapa de redescubrimiento artístico. Si pensabas que los aviones solo servían para ver comedias mediocres y dormir incómodo, esta película viene a corregirte... a golpes.

¿El nuevo club exclusivo del cine de acción? Ser asesino a sueldo

En la era post-John Wick, el cine de acción ha encontrado una extraña fascinación por los asesinos profesionales como fauna habitual. Ya los vimos hospedarse en hoteles de lujo, pelear en trenes a toda velocidad (Bullet Train), y ahora se suben en masa a un vuelo internacional con escala en el caos total.

El director debutante James Madigan —con experiencia en la segunda unidad de blockbusters como Transformers o Megalodón— se lanza a la cabina de mando con una cinta serie B orgullosa de su ADN absurdo y ultraviolento.

Josh Hartnett, entre el renacer y la locura

En plena "Hartnettaissance", el actor se aleja aún más de su pasado galán y se adentra en terrenos ridículamente divertidos. Aquí interpreta a Lucas Reyes, un exagente del gobierno con camisa hawaiana, tintura barata y una resaca permanente. Lo sacan de su escondite en Tailandia para una misión suicida: identificar a un ciberterrorista conocido como El Fantasma, que supuestamente viaja en un avión rumbo a San Francisco. ¿El problema? El avión está repleto de asesinos que también buscan al mismo objetivo.

A partir de ahí, lo que sigue es un juego de ¿Quién es el asesino? con turbulencia, coreografías brutales y combates donde cualquier objeto —desde carritos de comida hasta una motosierra— puede convertirse en arma letal.

Sí, esto es una locura… pero una de las buenas

Hay algo deliciosamente honesto en lo que propone Madigan: una fiesta de golpes, explosiones y humor físico que no se toma en serio ni un segundo. Lo acompaña un guion (Brooks McLaren y DJ Cotrona) que mezcla acción con una comedia bizarra, incluyendo escenas donde Hartnett pelea mientras está drogado con veneno de sapo o suelta frases como: “No se puede encurtir un pepinillo”. ¿Qué significa? No importa. Funciona.

Elenco que se divierte y lo transmite

Junto a Hartnett destacan Katee Sackhoff como su exjefa y examante —literalmente calmándose con gotas de CBD— y Charithra Chandran como una valiente azafata que podría robarse la película. El dúo se completa con Danny Ashok como el colega escéptico pero útil, todos conscientes del tipo de película en la que están… y pasándola bomba.

¿Ver o dejar pasar?

Fight or Flight no es una obra maestra. Tiene momentos torpes, un presupuesto limitado que a veces se nota, y una lógica que haría llorar a cualquier experto en seguridad aérea. Pero si entras en el juego, lo pasarás como un niño en una montaña rusa llena de cuchillos, patadas giratorias y Elvis Costello sonando de fondo.