‘Crueles Intenciones’: el remake que lo intenta todo, pero no logra nada nuevo
¿Una nueva versión de un clásico de los 90? Prime Video lo vuelve a intentar con 'Crueles Intenciones', pero... ¿vale la pena verla?
En 1999, Crueles intenciones se convirtió en un clásico adolescente. Un cóctel de deseo, manipulación y tensión sexual que modernizó la novela del siglo XVIII Las amistades peligrosas. Sarah Michelle Gellar, Ryan Phillippe y Reese Witherspoon nos regalaron una historia intensa, elegante y deliciosamente tóxica.
Ahora, 25 años después, Prime Video desempolva el concepto y lo transforma en serie. Pero lo que podría haber sido una reinterpretación audaz se queda a medio gas.
Universidad, secretos y apuestas sexuales: bienvenidos a Delta Phi
En esta nueva versión, dejamos atrás la Nueva York de élite para aterrizar en una prestigiosa universidad de Washington D.C., donde las fraternidades y el poder siguen mandando.
Los protagonistas son Caroline (Sarah Catherine Hook) y su hermanastro Lucien (Zac Burgess). Ella está a punto de convertirse en presidenta de la fraternidad Delta Phi, pero un escándalo durante las novatadas amenaza con destruirlo todo. Su plan para salvar la reputación del grupo: reclutar a Annie Grover, hija del vicepresidente de los Estados Unidos. ¿El método? Seducción estratégica.
Lucien será el encargado de enamorar a Annie. ¿La apuesta entre hermanos? Si gana, Caroline se irá a la cama con él. Si pierde, le regala su coche. Exactamente como en la peli del 99. Solo que... con menos carisma.
Un remake con poca chispa y menos personalidad
La serie, desarrollada por Phoebe Fisher y Sara Goodman (sí, las mismas detrás del fallido remake de Sé lo que hicisteis el último verano), repite fórmula pero no logra reinventarla. Ocho episodios que alargan lo que ya conocíamos, sin novedades sustanciales salvo el cambio de escenario y nombres.
¿Lo peor? No hay química. Hook y Burgess no transmiten ni tensión ni peligro. Les falta chispa, ironía y presencia. Y eso, tratándose de Crueles intenciones, es pecado mortal. Sin ese juego de seducción venenosa, la historia pierde su alma.
Un éxito de reproducciones que no garantiza calidad
Eso sí, la serie ha subido como la espuma. Ya está en el Top 3 de lo más visto en Prime Video. No es de extrañar: ocho capítulos lanzados de golpe y perfectos para un maratón de fin de semana. Pero ojo: rápido de ver también puede significar rápido de olvidar.
Donde la película original criticaba la frivolidad y el poder como juego, esta nueva versión justifica sus intrigas por necesidad. Y esa diferencia, aunque sutil, cambia todo el mensaje.
¿Habrá segunda temporada? Quizá, pero… ¿la necesitamos?
Aunque todavía no hay confirmación oficial, el final de temporada deja tramas abiertas que podrían continuar. ¿Será que Prime Video quiere convertirla en franquicia?
Mientras tanto, los ocho episodios ya están disponibles. Si te apetece un drama adolescente con aires de lujo y perversión, puede que la disfrutes. Pero si buscas una historia con garra, mejor revisita la versión del 99.
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