Un chico malo: la historia real detrás de la serie israelí que arrasa en Netflix y que muchos comparan con Adolescencia
Desde su llegada a Netflix, Un chico malo no ha dejado de generar conversación. La serie israelí, que ya se ha colado en el Top 10 global de la plataforma, está dando mucho de qué hablar por su crudeza emocional, su narrativa sin filtros y, sobre todo, por estar inspirada en una historia real que deja sin aliento.
Creada por Ron Leshem (Euphoria versión israelí), Daniel Chen y Hagar Ben-Asher, esta producción va mucho más allá de un simple drama carcelario juvenil. Lo que vemos en pantalla está basado en las vivencias reales de Chen, quien también interpreta a su yo adulto en la serie, dotando al relato de una carga testimonial potente e inolvidable.
Dean Shaiman: cuando el humor es la única defensa
La historia comienza con un estallido: Dean, un adolescente lleno de rabia, ataca con un extintor al novio de su madre. Desde ese momento, sabemos que no estamos ante una historia convencional. Dean no es un héroe, pero tampoco es solo un villano. Es un joven atrapado entre la violencia, el abandono y una justicia que no siempre salva.
Aunque los detalles específicos de los delitos del Dean real (Daniel Chen) nunca fueron revelados en su totalidad, el primer episodio da pistas claras: un juez menciona antecedentes penales graves, entre ellos, presuntos incendios provocados y allanamientos. Pero Un chico malo no pone el foco en los delitos: lo importante aquí es lo que viene después.
Cárcel juvenil, amistad y supervivencia emocional
Más que un thriller o una serie de acción, Un chico malo es una exploración profunda de la vida en un centro de detención juvenil. El corazón de la serie es la relación entre Dean y Zion "Zoro", un adolescente etíope-israelí acusado de homicidio. A través de esta improbable amistad, la serie muestra cómo el humor, la empatía y los vínculos humanos pueden convertirse en herramientas de supervivencia cuando todo alrededor parece colapsar.
Guy Menaster ofrece una interpretación cruda y poderosa como el joven Dean, mientras que Havtamo Farda brilla en su papel de Zoro. Junto a ellos, Neta Plotnik (como la madre de Dean) y Ishay Lalosh (Freddie) completan un elenco que da vida —con mucha verdad— a una historia que es tan dura como luminosa.
¿El nuevo Adolescencia?
Muchos ya la comparan con Adolescencia por su tono dramático, su enfoque en la juventud marginada y su estilo narrativo. Sin embargo, Un chico malo tiene algo único: su componente autobiográfico y su capacidad para convertir el dolor en una forma de arte. No es solo una serie sobre delincuencia juvenil. Es una historia sobre cómo el humor puede ser un salvavidas cuando el mundo te da la espalda.
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