Crítica de Septiembre dice: Un cuento gótico contemporáneo sobre el lado oscuro de dos hermanas adolescentes
Inspirada en la novela Hermanas de Daisy Johnson, Labed construye una historia en la que el lado oscuro de la dependencia emocional entre las dos protagonistas se despliega con una sutilidad inquietante. Las hermanas, Septiembre y Julio, se encuentran en un espacio entre la adolescencia y la madurez, donde su relación parece ser todo lo que tienen en un entorno hostil. La muerte de su padre, las constantes agresiones en la escuela y la desconexión de su madre, sumida en sus propios proyectos artísticos, las empujan a refugiarse en su universo exclusivo.
Labed, en su faceta de directora, no teme adentrarse en las zonas más oscuras de la psique humana, explorando con precisión las cicatrices emocionales de sus personajes. La atmósfera de la película es profundamente perturbadora, llevándonos a un terreno ambiguo donde los límites entre la realidad y la ficción se desdibujan. La narrativa se mantiene deliberadamente vaga, lo que genera una sensación constante de incertidumbre y misterio. Es una historia que nunca se explica por completo, pero que, en su ambigüedad, se vuelve más poderosa y sugerente.
La directora hace un trabajo notable al evitar el paternalismo, ofreciendo una representación honesta y compleja de las jóvenes protagonistas. Las hermanas no son simplemente víctimas, ni heroínas, sino personajes profundos marcados por una historia de dolor y supervivencia. Esta mirada sin filtros hacia la psicología femenina, especialmente en la adolescencia, es uno de los logros más impresionantes del filme.
Sinopsis: Septiembre, la mayor de las dos hermanas, se encuentra atrapada en un mundo paralelo con Julio, la hermana menor. Juntas, son las "raras" del instituto, dos jóvenes que se han creado un refugio único e intransferible en el que puedan escapar de la crudeza de la vida que las rodea. Pero en su aislamiento, la relación entre ellas toma un giro oscuro que desafía todo lo que conocían.
Septiembre dice es más que una historia sobre el dolor y la pérdida; es una exploración de cómo la necesidad de conexión puede, a veces, ser el mismo vínculo que aprisiona. La película de Labed es una propuesta cinematográfica que no sólo inquieta, sino que también invita a reflexionar sobre el difícil y doloroso proceso de crecer.
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