La muerte de Blancanieves: cuando los cuentos de hadas se tiñen de sangre y sudor cosplay

¿Cansado de adaptaciones limpias, políticamente correctas y con exceso de CGI? Pues prepárate para una versión de Blancanieves que nadie pidió, pero que, irónicamente, muchos estaban esperando. Se llama La Muerte de Blancanieves y es una locura gore-fantasiosa que mezcla parque temático, fiesta de disfraces, y slasher medieval. ¿Qué podría salir mal?

En una época donde Disney intenta convencernos de que sus princesas necesitan menos magia y más moraleja, Jason Brooks, cineasta de guerrilla y especialista en monstruos, se lanza a lo opuesto: su fan film sangriento nos recuerda que los cuentos de hadas, en su versión original, no eran precisamente para niños.

¿De qué va esta "matanza mágica"?

Todo comienza con una bruja que se cuela en un castillo y, tras despachar a los guardias, termina con la vida de la reina embarazada… aunque no del todo, porque Blancanieves logra sobrevivir (rescatada del útero, sin anestesia ni explicaciones). Años después, la niña ya creció, pero el trono lo ocupa su malvada madrastra: una bruja rejuvenecida con baños de sangre al estilo Elizabeth Bathory y un espejo mágico custodiado por espíritus topless.

Sí, leíste bien.

Cuando la reina comienza a mover sus piezas para eliminar a Snow, esta escapa a un bosque oscuro lleno de criaturas demoníacas y enanitos guerreros (uno de los cuales, irónicamente, es un gigante). Desde ahí, la historia se convierte en una aventura de espada, hechizos, persecuciones, y mucho, mucho más hemoglobina de la que uno esperaría en un cuento infantil.

Sangre, cuerpos y sátira: ¿homenaje o parodia?

Con un presupuesto mínimo (más o menos una 200ª parte del que manejó Disney en su live-action), La Muerte de Blancanieves no pretende ser Hollywood, pero se nota el cariño. Brooks, conocido por sus trabajos como Jason Voorhees en Viernes 13 y como técnico en efectos especiales, convierte esta película en una especie de "celebración gore" para fanáticos del género. Si alguna vez soñaste con ver a Blancanieves desmembrando criaturas o a la reina haciendo sacrificios vírgenes al estilo Game of Thrones, esta película es tu nuevo placer culposo.

Eso sí, no todo brilla (ni sangra) por igual. Hay momentos en que la historia parece perder el rumbo, atrapada entre la sátira, el homenaje y un desordenado pastiche de referencias pop. Algunos personajes se sienten sacados de un sketch de YouTube (hola, compañeros del príncipe al estilo Bill & Ted), y el tono salta de comedia absurda a romance clásico sin previo aviso.

¿Vale la pena verla?

Visualmente, no está nada mal. La cinematografía de Kody Newton sorprende por momentos, y el diseño de producción logra mucho con poco. El vestuario de la Reina Malvada es una joya kitsch que parece salida de una Comic-Con con presupuesto. Y aunque el guion tambalea, la película se defiende gracias a su ritmo ágil y a la energía de un elenco que claramente se lo está pasando bomba.

Eso sí, La Muerte de Blancanieves no es para todos. Si esperas una película seria, profunda o con mensaje claro, este no es el bosque que deberías explorar. Pero si buscas una rareza indie con sangre, humor negro y espíritu rebelde, aquí tienes una candidata digna para tu próxima noche de cine bizarro.

Se estrena en cines seleccionados de EE. UU. el 2 de mayo, y llegará a plataformas digitales a finales de este año.