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“Hasta el Amanecer”: terror sin alma en la adaptación del videojuego

 “Hasta el Amanecer”: La película de terror que revive... pero no en el buen sentido

CINE TV

¿Qué pasa cuando conviertes un videojuego de terror en una película y le quitas el suspenso, la tensión y, básicamente, cualquier sentido de urgencia? Te queda Hasta el Amanecer, una cinta que se parece a un videojuego... pero sin el juego.

La premisa tenía potencial: cinco universitarios atrapados en una cabaña embrujada en el bosque, reviviendo una y otra vez la misma noche sangrienta. Un slasher con bucle temporal, algo así como El Día de la Marmota mezclado con Evil Dead. Pero en lugar de tensión creciente, lo que obtenemos es una colección de muertes recicladas, sustos previsibles y personajes atrapados en un loop del que ni nosotros, como espectadores, podemos escapar.

Y no es que el cine de terror no haya jugado con la muerte antes. Ya lo decía el reciente anuncio de John Wick 5: en Hollywood, morir ya no significa nada. Pero lo de Hasta el Amanecer lleva esa idea al extremo. Aquí, morir es apenas una molestia: te matan, explotas en tripas, y luego... simplemente te despiertas otra vez. Como si nada. Sin consecuencias. Sin evolución. Sin alma.

¿Una historia? Apenas. ¿Un juego? Tampoco.

La película se basa en el videojuego de culto Until Dawn (PS4, 2015), que sí entendía cómo construir tensión y jugaba con las decisiones del jugador para cambiar el destino de los personajes. Pero aquí no hay decisiones. No hay peso. No hay juego. Solo una serie de asesinatos estilizados que se sienten como niveles de un videojuego sin control: hoy un payaso demoníaco, mañana una bruja, pasado unos zombis con complejo de wendigo. Todo muy visual, todo muy sangriento... y todo sin sentido.

Clover (interpretada por Ella Rubin), la clásica “chica final” que aquí ni siquiera lo es, llega con su grupo de amigos buscando a su hermana Melanie, desaparecida hace un año. Pronto encuentran un muro lleno de pósters de jóvenes perdidos (guiño obvio a un misterio mayor), pero la película ni se molesta en desarrollar esa trama. Solo te lanza de frente a la carnicería paranormal.

Diálogos cliché y fantasmas de baja resolución

Los personajes no hacen más que gritarse, repetir frases vacías tipo “¡Esto no es normal!” o “¡Estamos jodidos!”, y correr de un rincón a otro mientras son poseídos, destrozados, o lanzados por los aires por alguna fuerza misteriosa que parece sacada de un compilado de sustos de TikTok.

Y sí, los escenarios están bien logrados visualmente: la clásica habitación gótica con muñecas rotas, el payaso mecedor en la esquina, el moisés sospechoso... pero todo se siente vacío. Como una casa del terror con luces bonitas pero sin historia que contar.

¿Una crítica dura? Puede ser. Pero justa.

Hasta el Amanecer no falla por ser una adaptación de un videojuego. Falla por olvidar lo que hace que una historia funcione: personajes que importen, decisiones que cambien las cosas, miedo real. Lo que nos queda es una película que parece haber pulsado el “reiniciar nivel” una y otra vez, hasta que se le acaba la vida. Y no en

el sentido literal.



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